lunes, 21 de marzo de 2016


JUGANDO AL AJEDREZ…


La neoyorquina Brooklyn Intermediate School 318  o Eugenio María de Hostos School  tiene 1607 alumnos de enorme mayoría latina (61%),  afroamericana (18%), blanca (14%) o asiática (7%) atendidos por algo más de 130 profesores de los que un 90% recomendaría a cualquier padre elegir esta escuela para su prole.


Especializada en las Ciencias ofrece programas libres de matemáticas y música entre otros, pero destaca el de ajedrez que atrae al 50% del  estudiantado por ser en este ámbito la mejor de las escuelas medias de los Estados Unidos  aunque,  probablemente,  quedamos cortos al trazar el límite, pues, ha venido alzándose como invencible desde 2007  y ya cuenta con varios maestros de ajedrez salidos de sus aulas. Hablamos de un rendimiento  obtenido en tiempos de fuertes recortes –también en la educación norteamericana a causa de la crisis económica global--  que afectaron seriamente al programa estrella de la escuela. La historia de cómo se enseña y trabaja el ajedrez en la escuela se puede admirar viendo  la película-documental  Brooklyn Castle  (2012) de Katie Dellamaggiore  que yo he visto en Movistar.




Siempre pensé –sin pretender ser original- que  nuestros hijos e hijas debían ser adiestrados desde muy pequeños en el ajedrez y desde los 11 años en las matemáticas y el latín porque son disciplinas que desarrollan los cerebros de manera exponencial, objetivo  esencial para un presente cada vez más relacionado con el desarrollo tecnológico que exige la mejor preparación de la mente y de los sentimientos. (Lo que sucede aquí con el latín es horroroso).

El ajedrez sólo requiere un tablero, 32 piezas y dos mentes pensando. Favorece la concentración y el pensamiento analítico, en suma la inteligencia,  la creatividad, el espíritu competitivo... características todas transferibles a otros campos.

En nuestro ámbito, el Congreso  de los Diputados aprobó por unanimidad una proposición no de Ley instando al gobierno una ley que convierta el ajedrez en asignatura escolar en línea con la recomendación del Parlamento Europeo de 2012.  Como España es país de frutos tardíos, tememos que se está lejos de oficializar lo aprobado, si bien, en varias comunidades existen ya programas destinados a posibilitar el ajedrez en el aula  como deporte, ciencia y arte.

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