JUGANDO AL
AJEDREZ…
La neoyorquina Brooklyn
Intermediate School 318 o Eugenio María de Hostos School tiene 1607 alumnos de enorme mayoría latina
(61%), afroamericana (18%), blanca (14%)
o asiática (7%) atendidos por algo más de 130 profesores de los que un 90%
recomendaría a cualquier padre elegir esta escuela para su prole.
Especializada en las Ciencias ofrece programas libres de matemáticas y música entre
otros, pero destaca el de ajedrez que atrae al 50% del estudiantado por ser en este ámbito la mejor
de las escuelas medias de los Estados Unidos
aunque, probablemente, quedamos cortos al trazar el límite, pues, ha venido
alzándose como invencible
desde 2007 y ya cuenta con varios maestros de
ajedrez salidos de sus aulas. Hablamos de un rendimiento obtenido en tiempos de fuertes recortes –también
en la educación norteamericana a causa de la crisis económica global-- que afectaron seriamente al programa estrella
de la escuela. La historia de cómo se enseña y trabaja el ajedrez en la escuela
se puede admirar viendo la película-documental
Brooklyn
Castle (2012) de Katie Dellamaggiore que yo he visto en Movistar.
Siempre pensé –sin pretender ser original- que nuestros hijos e hijas debían ser adiestrados desde
muy pequeños en el ajedrez y desde los 11 años en las matemáticas y el latín
porque son disciplinas que desarrollan los cerebros de manera exponencial,
objetivo esencial para un presente cada
vez más relacionado con el desarrollo tecnológico que exige la mejor preparación
de la mente y de los sentimientos. (Lo que sucede aquí con el latín es
horroroso).
El ajedrez sólo requiere un tablero, 32 piezas y dos
mentes pensando. Favorece la concentración y el pensamiento analítico, en suma
la inteligencia, la creatividad, el espíritu
competitivo... características todas transferibles a otros campos.
En nuestro ámbito, el Congreso de los Diputados aprobó por unanimidad una proposición
no de Ley instando al gobierno una ley que convierta el ajedrez en asignatura
escolar en línea con la recomendación del Parlamento Europeo de 2012. Como España es país de frutos tardíos, tememos que se está lejos de oficializar lo
aprobado, si bien, en varias comunidades existen ya programas destinados a
posibilitar el ajedrez en el aula como deporte,
ciencia y arte.
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