domingo, 14 de agosto de 2016

…en el diván están los humanos en lugar del perro


Lo ha escrito el periodista Jordi Pérez Colomé en El País a propósito de perros y psicólogos de caninos, y leyéndole, uno saca la conclusión de que estos animales padecen porque no sabemos comprenderlos o tratarlos; pasados unos meses, les deprimimos. Algunos humanos los medican como se medican ellos y el Sr. Pérez cierra con un enigmático: “Para algunos, el Prozac  funciona”.

Resultado de imagen de Fotos gratuitas del escualo de Groenlandia


¿Pero qué me dicen de los escualos de Groenlandia capaces de vivir de cuatro a cinco siglos, o  de la almeja de Islandia que supera los quinientos años; seguro que algún gourmet preguntará: ¿Y a qué sabe? Todo porque llevan una vida lenta, tan lenta que el primer kiki se lo echan a los 150 años de edad sin que se sepa cuánto dura. Hace tal frío en esos mares que el metabolismo y la vida celular son de un ritmo muy inferior. Si Josep Pla hubiera sabido de estas cosas no hubiera titulado La vida lenta a uno  de sus libros; hasta el loro de nuestros bisabuelos pasando de generación en generación parece ridículo ¡y dejemos en paz a nuestros centenarios! Nos sacan los colores. Y no tienen enfermedades mientras que entre nosotros abundan más que  el krill en los mares. Que aquéllos son únicos es decir poco. Nuestra memoria les resultaría  infantil si pudiesen leerla. Aquí la única vida lenta la lucen los políticos; sólo tienen  que abrir  un párpado para que les pongan pañales.







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