lunes, 30 de mayo de 2016




Mr. Ciudadano Twitt


Hace unos días mi mujer volvió de la calle al mediodía comentando que la institución de la que yo había sido director organizaba un ciclo de conferencias ya iniciado y que un gran amigo iba a impartir  la del día. Se había informado leyendo  un cartel expuesto en un local próximo a un establecimiento de Lizarrán.

Por la tarde y antes de saludar a mi amigo comenté a la Sra. Secretaria de la institución mi motivo de estar allí, y me dijo sorprendida: ¡Claro! Es que mandamos las invitaciones vía twitt;  olvidamos que Ud. no tiene.


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Como no tengo filiación en  las redes al uso ni tampoco WhatsApp sucede que casi ni existo incluyendo a la familia. Mis hijos a la hora de comer conversan poco conmigo y alguno aprovecha el rato en casa para sacar tajada a su móvil porque tenemos wifi. Mis nietos llegan con los ojos sobre la  tableta y andan tan metidos que casi ni te responden si les preguntas.

Nada se elucubra,  proyecta o formula más allá de 140 caracteres, pensamientos liofilizados llamados twitt expuestos al escrutinio de interlocutores que pueden sumar legión. Por eso, cuando Simeone pierde la Champions y dice --mirando de modo enigmático-- que tiene que pensar, aplaudo. ¿Pensar hoy más allá de 140 caracteres? ¿Pensar de verdad? No se lleva y por eso hay muchos que están verdaderamente preocupados con lo de Simeone