jueves, 27 de octubre de 2016




Don Quijote no era… un sacamuelas


Tenía que ser un jurista, de nombre D. Javier Escudero, quien descubriera documentos inquisitoriales que permitirían pensar que el grandioso D. Quijote nacía de un sacamuelas o barbero, hijo bastardo de  hidalgo, que en ocasión célebre arremetió contra cruces y molinos por hacerlo corto. Por mucho que aporte el larguísimo artículo en El Mundo[i] debemos gritar hasta ser bien oídos que, como D. Ricardo Gullón repetía de continuo a sus discípulos, el Napoleón de las novelas nada tiene que ver con el de la realidad, y añadiría este discípulo suyo, que Don Quijote tampoco tiene que ver con cualquier tipo de la realidad al ser producto sublime de la invención y el ingenio que trastoca la realidad por encima de las apariencias, del ingenio que proporciona a los personajes dimensiones y naturalezas propias.




[i] Ver “Don Quijote era… un sacamuelas de El Toboso”, El Mundo, 27 de octubre de 2016
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