Don Quijote no era… un sacamuelas
Tenía que ser un jurista,
de nombre D. Javier Escudero, quien descubriera documentos inquisitoriales que
permitirían pensar que el grandioso D. Quijote nacía de un sacamuelas o
barbero, hijo bastardo de hidalgo, que
en ocasión célebre arremetió contra cruces y molinos por hacerlo corto. Por
mucho que aporte el larguísimo artículo en El
Mundo[i]
debemos gritar hasta ser bien oídos que, como D. Ricardo Gullón repetía de
continuo a sus discípulos, el Napoleón de
las novelas nada tiene que ver con el de la realidad, y añadiría este
discípulo suyo, que Don Quijote tampoco tiene que ver con cualquier tipo de la
realidad al ser producto sublime de la invención y el ingenio que trastoca la
realidad por encima de las apariencias, del ingenio que proporciona a los
personajes dimensiones y naturalezas propias.